La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se ha pronunciado recientemente sobre la investigación que la Fiscalía General de la República (FGR) ha abierto contra el expresidente Enrique Peña Nieto. En una conferencia matutina, Sheinbaum descartó cualquier tipo de pacto de impunidad entre su administración y el exmandatario, enfatizando que la FGR proporcionará más detalles sobre el caso. Esta declaración surge en un contexto donde la opinión pública ha estado atenta a las acciones del gobierno en relación a los exfuncionarios involucrados en escándalos de corrupción.
### Contexto de la Investigación
La FGR ha iniciado una indagatoria en contra de Enrique Peña Nieto, quien se encuentra bajo la lupa por un presunto soborno de 25 millones de dólares relacionado con el contrato del software de espionaje Pegasus. Este escándalo ha suscitado un gran interés y preocupación entre la ciudadanía, especialmente tras la consulta popular que se realizó para decidir si se debía juzgar a expresidentes, la cual no logró alcanzar el número mínimo de votos requeridos para proceder.
Sheinbaum, al ser cuestionada sobre la falta de seguimiento a las denuncias contra Peña Nieto, subrayó que es responsabilidad de la FGR y su titular, Alejandro Gertz Manero, proporcionar claridad sobre el avance de la investigación. «Es la fiscalía la que debe explicar con más detalle este tema», afirmó la presidenta, dejando claro que su administración no interfiere en los procesos judiciales.
La presidenta también recordó que, aunque la consulta popular no tuvo éxito, fue un paso importante para involucrar a la ciudadanía en la discusión sobre la justicia y la rendición de cuentas. «No hubo pacto de impunidad. Hubo una consulta pública sobre si se debía juzgar a los expresidentes», reiteró, enfatizando la importancia de la participación ciudadana en estos temas.
### Reacciones y Expectativas
Las declaraciones de Sheinbaum han generado diversas reacciones en la sociedad y entre los analistas políticos. Algunos consideran que su postura firme es un indicativo de que su gobierno está comprometido con la lucha contra la corrupción, mientras que otros son escépticos y creen que la falta de acción concreta podría interpretarse como una falta de voluntad política.
Además, la presidenta ha sido objeto de críticas por no haber tomado medidas más decisivas en el caso de Peña Nieto, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la efectividad de su administración en la lucha contra la corrupción. Sin embargo, Sheinbaum ha defendido su enfoque, argumentando que es fundamental permitir que las instituciones actúen de manera independiente y que la justicia siga su curso sin presiones externas.
En el marco de esta situación, la FGR ha prometido proporcionar actualizaciones sobre el avance de la investigación, lo que podría influir en la percepción pública sobre la administración de Sheinbaum y su compromiso con la transparencia y la justicia. La presión sobre la fiscalía para que actúe con rapidez y eficacia es alta, y muchos ciudadanos esperan que se tomen decisiones que reflejen un verdadero interés por esclarecer los hechos y sancionar a los responsables.
La situación de Peña Nieto no solo es un tema de interés político, sino que también toca fibras sensibles en la sociedad mexicana, que ha sido testigo de múltiples escándalos de corrupción en los últimos años. La expectativa es que la FGR actúe con la debida diligencia y que se logre avanzar en la búsqueda de justicia, no solo para los casos actuales, sino también para aquellos que han quedado en el olvido.
En este contexto, la administración de Sheinbaum se enfrenta al desafío de demostrar que su compromiso con la justicia es genuino y que está dispuesta a enfrentar las consecuencias de las acciones de sus predecesores. La presión pública y la vigilancia de los medios serán factores clave en el desarrollo de esta historia, que sigue evolucionando con cada nueva declaración y cada paso que da la FGR en su investigación.
