Recientemente, representantes del sector gasero se reunieron con autoridades de la Secretaría de Energía, liderada por Luz Elena González, para abordar la situación crítica que enfrenta la industria del gas LP en México. Durante este encuentro, los gaseros expresaron su reconocimiento por la apertura al diálogo y el esfuerzo técnico que se ha realizado desde la Subsecretaría de Hidrocarburos, dirigida por Joan José Vidal Amaro. Este tipo de comunicación ha sido calificada como abierta, técnica y constructiva, lo que ha permitido a ambas partes explorar soluciones a los problemas que afectan la viabilidad del sector.
Uno de los puntos más críticos discutidos fue la revisión de los costos operativos del sector gasero. Los distribuidores de gas han señalado que actualmente no están cubriendo sus costos reales, ya que reciben un precio de 2.54 pesos por litro, mientras que necesitan un mínimo de 4.25 pesos para operar de manera sostenible. Esta diferencia de 1.71 pesos por litro ha sido calificada como insostenible por los empresarios del sector, quienes han estado subsidiando sus operaciones durante los últimos siete meses. La Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas LP y Empresas Conexas (Amexgas) ha sido vocal en su solicitud de un margen mínimo que les permita cubrir sus costos operativos, que incluyen el mantenimiento de tanques, pipas, instalaciones, nómina y adquisición de equipos.
La presidenta de Amexgas, Rocío Robles, destacó que hasta hace poco, la recepción por parte de las autoridades había mejorado, lo que les permitió presentar la documentación necesaria para respaldar su solicitud. Esta documentación incluye comprobantes detallados de sus costos logísticos y operativos, que fueron requeridos por la Secretaría de Energía. La fecha límite para la entrega de esta información fue el miércoles pasado, y el objetivo es revaluar la fórmula que se utiliza semanalmente para fijar el precio máximo al público del gas LP.
El sector gasero es fundamental para la economía mexicana, ya que involucra a miles de trabajadores, técnicos, repartidores y pequeñas empresas que aseguran la distribución de gas LP en los hogares del país. Sin embargo, la falta de un precio justo y sostenible pone en riesgo no solo la viabilidad de estas empresas, sino también la seguridad y la calidad del servicio que ofrecen a los consumidores. La presidenta de Amexgas advirtió que la sustentabilidad del modelo de distribución está en peligro, no solo por la insuficiencia financiera, sino también por la falta de incentivos para mejorar las condiciones de seguridad y mantenimiento en un producto tan sensible como el gas LP.
La situación actual del sector gasero refleja un desafío mayor en la política energética del país, donde se busca equilibrar los intereses de los consumidores con la viabilidad de las empresas que operan en este sector. La apertura al diálogo por parte del Gobierno Federal es un paso positivo, pero la implementación de soluciones efectivas será crucial para evitar una crisis mayor en el sector. Las empresas de gas LP están en una encrucijada, y la respuesta del Gobierno a sus demandas podría determinar el futuro de la distribución de gas en México.
El sector gasero ha sido históricamente un pilar en la economía mexicana, y su estabilidad es esencial para garantizar el acceso a este recurso vital en los hogares. La colaboración entre el Gobierno y los empresarios es fundamental para encontrar un camino que beneficie a ambas partes y, sobre todo, a los consumidores. La revisión de los costos operativos y la búsqueda de un precio justo son pasos necesarios para asegurar que el sector gasero pueda seguir operando de manera eficiente y segura.
En este contexto, es vital que tanto el Gobierno como los representantes del sector gasero continúen trabajando juntos para abordar los desafíos que enfrentan. La transparencia en la comunicación y la disposición para encontrar soluciones sostenibles serán clave para garantizar que el sector gasero no solo sobreviva, sino que también prospere en el futuro. La situación actual es un recordatorio de la importancia de un diálogo constructivo y de la necesidad de políticas que apoyen a las industrias esenciales para el bienestar de la población.