En un reciente operativo llevado a cabo en Huitzontla, un pueblo del municipio de Chinicuila, Michoacán, las fuerzas de la Marina Armada de México se enfrentaron a un grupo delictivo conocido como «Los Indestructibles», liderado por Abraham Jesús Ambriz Cano, alias «Yogurt». Este enfrentamiento dejó un saldo de 12 sicarios abatidos, tres marinos heridos y nueve detenidos, lo que pone de manifiesto la creciente violencia y la complejidad del crimen organizado en la región.
### La Estructura del CJNG y su Comando Especial
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha sido uno de los grupos criminales más notorios en México, y su expansión ha incluido la incorporación de exmilitares colombianos en sus filas. Estos individuos, con experiencia en tácticas de combate y manejo de armamento, han fortalecido la capacidad operativa del CJNG en áreas estratégicas como la sierra-costa michoacana. La reciente operación de la Marina reveló que el grupo del «Yogurt» no solo está compuesto por mexicanos, sino también por estos exmilitares, lo que indica una sofisticación en sus métodos de operación.
Durante el operativo, las fuerzas de seguridad encontraron equipo táctico con la leyenda «Fuerzas Especiales Mencho. Operativa Yogurt», lo que sugiere una organización bien estructurada y con un enfoque militar en sus actividades delictivas. La presencia de uniformes e insignias específicas indica que el grupo está intentando establecer una imagen de fuerza y control en la región, lo que puede ser un intento de intimidar a la población local y a sus rivales.
### Alianzas y Estrategias del Crimen Organizado
Los informes de inteligencia han señalado que el CJNG ha establecido alianzas con otros grupos criminales, como el Cártel del Golfo, para controlar rutas de tráfico y cruces fronterizos clave hacia Estados Unidos. Esta colaboración es un reflejo de la dinámica cambiante del crimen organizado en México, donde los grupos buscan consolidar su poder y expandir su influencia a través de la cooperación.
César Morfin Morfin, alias «Primito» o «Metro 300», es el líder de «Los Metros», una facción del Cártel del Golfo que ha facilitado la entrada del CJNG en el norte de Tamaulipas. Esta alianza ha permitido al CJNG acceder a nuevas rutas y recursos, lo que a su vez ha intensificado la competencia y la violencia entre los diferentes cárteles que operan en la región.
El enfrentamiento en Chinicuila no solo resalta la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad, sino también la resistencia de los grupos delictivos. Tras el operativo, se reportó que la célula del «Yogurt» se replegó y reforzó sus defensas, incluyendo la siembra de artefactos explosivos en las rutas de acceso a la comunidad indígena. Esto indica que, a pesar de las pérdidas sufridas, el grupo sigue siendo una amenaza activa en la región.
Además, se observó que la célula delictiva cuenta con un apoyo social significativo, ya que durante el operativo, miembros de la comunidad intentaron bloquear el acceso a las fuerzas de seguridad. Este fenómeno de base social es un factor crítico que complica aún más la labor de las autoridades, ya que sugiere que el grupo delictivo tiene un nivel de aceptación o al menos tolerancia entre la población local.
### Contexto Agrícola y Minero de Chinicuila
Chinicuila es un municipio que, a pesar de su potencial agrícola, ha sido víctima de la violencia y la extorsión por parte de grupos criminales. La actividad minera en la zona también ha atraído la atención de los cárteles, que buscan controlar los recursos y las rutas de transporte. Esta combinación de factores económicos y sociales ha creado un entorno propicio para el crecimiento del crimen organizado.
Las fuerzas de la Marina Armada, durante el operativo, lograron decomisar armas de alto poder, explosivos artesanales, chalecos antibalas y otros equipos tácticos. Estos hallazgos subrayan la gravedad de la situación y la preparación militar del CJNG, que continúa operando en un entorno de creciente violencia y rivalidad entre cárteles.
La situación en Michoacán es un reflejo de los desafíos que enfrenta México en su lucha contra el crimen organizado. La combinación de tácticas militares, alianzas estratégicas y el apoyo social a los grupos delictivos complica la labor de las autoridades y plantea interrogantes sobre la efectividad de las estrategias actuales para combatir la violencia en el país.