En un contexto de creciente tensión entre Venezuela y Estados Unidos, el gobierno de Nicolás Maduro ha decidido llevar a cabo un entrenamiento militar para civiles en varias ciudades del país. Esta iniciativa, que busca preparar a la población para una posible agresión externa, ha sido calificada por el ministro de Defensa como un «hito en la revolución militar». La jornada de entrenamiento se realizó en barrios de Caracas y otras localidades, donde los ciudadanos recibieron instrucción en el manejo de armas y tácticas de defensa personal.
El despliegue militar se produce en un momento crítico, ya que el presidente estadounidense, Donald Trump, ha intensificado sus amenazas hacia el régimen de Maduro. En respuesta a las actividades de adiestramiento, Trump utilizó su plataforma social para burlarse de la situación, describiendo el entrenamiento como una «muy seria amenaza». Esta dinámica de confrontación ha elevado las tensiones entre ambos países, que ya se encuentran en un estado de ruptura diplomática desde 2019.
**Entrenamiento Militar: Un Hito en la Revolución**
El entrenamiento de civiles en Venezuela se llevó a cabo en un ambiente de fervor patriótico. Durante la jornada, los participantes no solo aprendieron a manejar armas, sino que también asistieron a talleres sobre camuflaje y primeros auxilios. Luzbi Monterola, una de las civiles que participó, expresó su motivación: «Vengo a aprender para poder defender lo que realmente me importa, que es mi patria, mi tierra, mi nación, Venezuela. No le tengo miedo a nada ni a nadie».
Nicolás Maduro, desde Aragua, instó a los campesinos y a la población en general a unirse a esta iniciativa de defensa nacional. En su discurso, enfatizó que «miles o hasta millones deben estar preparados para tomar las armas y defender la República Bolivariana de Venezuela si fuera agredida por el imperio norteamericano». Esta retórica refleja la narrativa del gobierno venezolano, que ha sostenido que enfrenta una «agresión directa» por parte de Estados Unidos, motivada por intereses en recursos naturales como el petróleo y el oro.
Sin embargo, la participación en estas actividades de entrenamiento ha sido limitada. En Caracas, se registró la presencia de unos 25 vehículos blindados y grupos reducidos de civiles. En otras ciudades, como San Cristóbal y Barinas, la asistencia también fue escasa, lo que plantea interrogantes sobre el nivel de apoyo popular a esta iniciativa militar.
**Reacciones Internacionales y Tensión Diplomática**
La respuesta de Donald Trump a las actividades de adiestramiento en Venezuela fue inmediata. A través de su cuenta en Truth Social, el presidente estadounidense compartió un video que mostraba a mujeres civiles recibiendo instrucciones de militares, acompañado de un comentario sarcástico sobre la seriedad de la amenaza. Además, Trump advirtió sobre consecuencias «incalculables» si Venezuela no acepta la repatriación de migrantes deportados, lo que añade otra capa de complejidad a la ya tensa relación entre ambos países.
En el contexto de estas tensiones, se ha reportado que más de 13,000 venezolanos han sido repatriados a lo largo del año, lo que refleja la crisis migratoria que enfrenta el país. Washington ha acusado a Maduro de tener vínculos con el narcotráfico y mantiene una recompensa de 50 millones de dólares por su captura, lo que ha llevado al gobierno venezolano a denunciar un intento de «cambio de régimen» por parte de Estados Unidos.
La situación se complica aún más con el despliegue de ocho buques de guerra estadounidenses en el Caribe, bajo el pretexto de combatir el narcotráfico. Este movimiento militar ha sido interpretado por Caracas como una amenaza directa, lo que ha llevado al gobierno a solicitar la intervención de la ONU para investigar lo que consideran una «guerra no declarada» en su contra.
En medio de este clima de hostilidad, el gobierno de Maduro también ha enfrentado desafíos en el ámbito digital, como la reciente eliminación de su canal oficial de YouTube, un hecho que ha sido calificado como parte de una «guerra híbrida» contra Venezuela. La combinación de estas tensiones internas y externas sugiere que el país se encuentra en un momento crítico, donde la militarización de la población y las amenazas internacionales podrían tener repercusiones significativas en su futuro.
La situación en Venezuela continúa evolucionando, y el entrenamiento militar de civiles es solo un aspecto de un panorama mucho más amplio que involucra cuestiones de soberanía, derechos humanos y relaciones internacionales. A medida que las tensiones aumentan, el mundo observa de cerca cómo se desarrollan estos acontecimientos y qué impacto tendrán en la región y más allá.