La madrugada del viernes, un trágico accidente en Otumba dejó un saldo de seis personas fallecidas tras el colapso de un túnel presuntamente utilizado para la extracción ilegal de combustible. Este incidente ocurrió en la comunidad de Cuautlacingo, a aproximadamente 600 metros del centro del poblado, en una zona agrícola donde se había construido la estructura para la extracción del hidrocarburo. Las autoridades del Estado de México confirmaron que el túnel estaba vinculado a actividades ilícitas de huachicol, un problema que ha afectado a la región durante años.
El reporte del accidente llegó a las autoridades alrededor de las 19:00 horas, lo que llevó a la movilización de servicios de emergencia para atender a posibles víctimas. Sin embargo, la situación se complicó cuando los residentes del área impidieron el acceso a los equipos de rescate, congregándose en gran número y tocando las campanas de la parroquia para convocar a más personas. A pesar de la presencia de elementos de la Guardia Nacional y de la Policía Municipal, los esfuerzos por ingresar al lugar del colapso fueron infructuosos.
Finalmente, fue durante la madrugada del viernes que el personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México logró acceder a la comunidad para recuperar los cuerpos y trasladarlos al Servicio Médico Forense. Durante las labores de rescate, se detectó una alta concentración de explosivos en la zona, lo que complicó aún más la situación y puso en riesgo a los rescatistas.
El fenómeno del huachicol ha crecido en México, y Otumba se ha convertido en un punto crítico para estas actividades delictivas. En 2020, las autoridades ya habían descubierto un túnel clandestino en la misma región, y en 2022, otro colapso resultó en la muerte de una persona. Según datos de Petróleos Mexicanos (Pemex), entre 2018 y 2023, Otumba fue el municipio con el mayor número de tomas clandestinas en el Estado de México, con un total de mil 592 incidentes reportados.
**Impacto del Huachicol en la Comunidad**
La extracción ilegal de combustible no solo representa un problema de seguridad, sino que también tiene un impacto significativo en las comunidades locales. En el caso de Cuautlacingo, muchos de sus residentes se han visto involucrados en actividades delictivas relacionadas con el huachicol, lo que ha generado un ciclo de violencia y desconfianza en la región. La falta de oportunidades económicas y la presencia de grupos criminales han llevado a algunos habitantes a participar en estas actividades ilícitas, a menudo poniendo en riesgo sus vidas y las de sus seres queridos.
Además, la actividad delictiva ha desviado la atención de las autoridades, que deben lidiar con múltiples frentes de crimen organizado. Los grupos que operan en la región no solo se dedican al robo de combustible, sino que también han diversificado sus actividades hacia otros delitos, como el robo a transporte de carga y pasajeros, extorsiones, y el tráfico de drogas. Esta situación ha generado un ambiente de inseguridad que afecta a todos los aspectos de la vida cotidiana en las comunidades afectadas.
La respuesta de las autoridades ha sido insuficiente, y aunque se han implementado operativos para desmantelar estas redes de huachicol, la corrupción y la falta de recursos han limitado su efectividad. La población, que a menudo se siente atrapada entre el crimen y la represión, ha comenzado a buscar formas de organizarse para enfrentar esta problemática, aunque los resultados han sido mixtos.
**Desafíos para la Seguridad y la Justicia**
El colapso del túnel en Otumba es un recordatorio de los peligros asociados con la extracción ilegal de combustible y la falta de control en la región. Las autoridades deben enfrentar el desafío de restaurar la seguridad y la confianza en las comunidades, al tiempo que abordan las causas subyacentes que llevan a las personas a involucrarse en actividades delictivas.
La implementación de programas de desarrollo económico y social podría ser una solución a largo plazo para reducir la dependencia de la población en actividades ilícitas. Sin embargo, esto requiere un compromiso real por parte de los gobiernos locales y estatales, así como una colaboración efectiva con la comunidad para garantizar que se aborden sus necesidades y preocupaciones.
La tragedia en Otumba es un llamado a la acción para todos los involucrados en la lucha contra el huachicol y el crimen organizado. La seguridad de las comunidades y la vida de sus habitantes dependen de la capacidad de las autoridades para actuar de manera efectiva y responsable, y de la voluntad de la población para unirse en la búsqueda de un futuro más seguro y próspero.