La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se enfrenta a un desafío significativo en la actualidad: la violencia en sus planteles. Recientemente, el rector Leonardo Lomelí, Venegas, abordó esta problemática, asegurando que la universidad no está rebasada por la situación, aunque es evidente que se deben tomar medidas para garantizar la seguridad de los estudiantes. En un contexto donde la violencia ha cobrado protagonismo en diversas instituciones educativas, la UNAM busca implementar estrategias efectivas para salvaguardar a su comunidad.
**Revisión de Protocolos de Seguridad**
Durante una entrevista, Lomelí destacó la importancia de revisar los protocolos de seguridad existentes, especialmente tras un trágico incidente en el CCH Sur, donde un estudiante perdió la vida a manos de otro. Este suceso ha generado una ola de preocupación entre los alumnos y sus familias, lo que ha llevado a la administración universitaria a replantear su enfoque en la seguridad. El rector enfatizó que la respuesta ante situaciones de riesgo debe ser rápida y efectiva, y que se están llevando a cabo diálogos con estudiantes y padres para implementar medidas adicionales.
La revisión de los protocolos no solo se limita a la seguridad física, sino que también incluye un enfoque en la salud mental de los estudiantes. Lomelí subrayó la necesidad de atender el bienestar emocional de los jóvenes, quienes a menudo se ven expuestos a mensajes violentos en redes sociales. La universidad está comprometida en ofrecer alternativas que ayuden a los estudiantes a lidiar con la frustración y la soledad, factores que pueden contribuir a la violencia.
**Iniciativas para la Salud Mental y la Seguridad**
En un esfuerzo por abordar la problemática de la violencia y la salud mental, la UNAM ha inaugurado el Modelo Parlamentario Universitario en colaboración con la Cámara de Diputados. Este modelo busca fomentar la participación de los estudiantes en los procesos legislativos y crear un espacio donde se puedan discutir y proponer soluciones a los problemas que enfrentan. Durante la inauguración, tanto Lomelí como el presidente de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados, Ricardo Monreal, hicieron hincapié en la importancia de la vinculación entre el Congreso y las universidades para abordar de manera conjunta los retos que enfrenta la juventud en México.
La propuesta incluye no solo la revisión de protocolos de seguridad, sino también un enfoque integral que contemple la atención psicológica y emocional de los estudiantes. La UNAM reconoce que la juventud ha sido particularmente afectada por la pandemia y que es esencial brindarles un espacio seguro donde puedan expresarse y recibir el apoyo necesario.
Además, se ha planteado la posibilidad de implementar revisiones de seguridad a los estudiantes al ingresar a los planteles, una medida que ha generado controversia en el pasado. Sin embargo, Lomelí argumenta que, dada la situación actual, es fundamental considerar todas las opciones para garantizar la seguridad de la comunidad universitaria. La sensibilización sobre la importancia de estas medidas es clave para su aceptación y efectividad.
La UNAM, como una de las instituciones educativas más importantes de América Latina, tiene la responsabilidad de liderar en la creación de un ambiente seguro y propicio para el aprendizaje. La violencia no solo afecta la seguridad física de los estudiantes, sino que también impacta su rendimiento académico y su bienestar emocional. Por ello, es crucial que la universidad continúe trabajando en conjunto con las autoridades y la comunidad para desarrollar estrategias que aborden estos desafíos de manera efectiva.
En este contexto, la colaboración entre la UNAM y el gobierno es esencial. La creación de espacios de diálogo y la implementación de políticas que prioricen la seguridad y la salud mental de los estudiantes son pasos necesarios para construir un entorno educativo más seguro. La comunidad universitaria debe estar unida en la búsqueda de soluciones que no solo aborden los síntomas de la violencia, sino que también ataquen sus causas profundas.
La UNAM está en un momento crítico donde la acción y la prevención son más importantes que nunca. La violencia en los planteles educativos es un problema complejo que requiere un enfoque multifacético, y la universidad está tomando medidas para enfrentarlo. La revisión de protocolos, la atención a la salud mental y la colaboración con las autoridades son pasos fundamentales en este camino hacia un entorno educativo más seguro y saludable para todos sus estudiantes.