La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa en 2014 ha dejado una huella profunda en la sociedad mexicana. A medida que se cumplen 11 años de este trágico suceso, los familiares de los estudiantes continúan su lucha por verdad y justicia, enfrentándose a un sistema que, según ellos, ha estado marcado por la impunidad y la falta de respuestas. Este año, como en ocasiones anteriores, los padres y madres de los normalistas marcharon en la Ciudad de México, llevando consigo el dolor y la esperanza de encontrar a sus seres queridos.
La marcha, que tuvo lugar en el Zócalo de la capital, fue un acto de resistencia pacífica donde los familiares exigieron la entrega de información clave por parte del Ejército Mexicano. A lo largo de los años, han señalado que el ejército ha sido un obstáculo en su búsqueda de justicia, y este año no fue la excepción. Con pancartas y fotografías de los estudiantes desaparecidos, los padres expresaron su frustración y su determinación de no rendirse ante la adversidad.
### La Marcha por la Verdad
La manifestación comenzó en el emblemático Ángel de la Independencia y culminó en el Zócalo, donde los participantes se enfrentaron a bloqueos que dificultaron su acceso. A pesar de las dificultades, la multitud se mantuvo unida, coreando consignas como «¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!». Este grito se ha convertido en un símbolo de la lucha por la justicia en México, resonando no solo en el país, sino también en el ámbito internacional.
Durante la marcha, los padres y madres de los normalistas expresaron su dolor y su rabia. Hilda Legideño, madre de uno de los desaparecidos, leyó un pronunciamiento que reflejaba la angustia de aquellos que han pasado más de una década buscando respuestas. «Nuestros pasos se han vuelto lentos, pero nos mantenemos de pie con la esperanza de que nuestros hijos regresen», afirmó, subrayando la resistencia de las familias ante la adversidad.
La exigencia de justicia se centró en la demanda de la entrega de 800 folios que contienen información sobre el traslado de 17 estudiantes desde una estación de policía hasta las afueras de Iguala. Esta información es considerada crucial para esclarecer lo que realmente sucedió la noche del 26 de septiembre de 2014. Sin embargo, los familiares han denunciado que el acceso a esta información ha sido sistemáticamente bloqueado, lo que ha alimentado su desconfianza hacia las autoridades.
### La Resistencia Frente a la Impunidad
A lo largo de los años, la lucha de los padres y madres de los normalistas ha sido un ejemplo de resistencia frente a la impunidad. A pesar de los cambios de gobierno y las promesas de justicia, los avances han sido mínimos. Mario González, padre de uno de los desaparecidos, expresó su indignación hacia los gobiernos que han estado en el poder desde la desaparición de los estudiantes. «Dicen que no son los mismos, que no se parecen; no son los mismos, son exactamente iguales de corruptos, de represores», afirmó, reflejando el sentimiento de muchos que han perdido la fe en el sistema.
La marcha de este año también estuvo marcada por la presencia de grupos de encapuchados que se enfrentaron a la policía, lo que generó un ambiente de tensión. A pesar de estos incidentes, los familiares de los normalistas mantuvieron su enfoque en la paz y la búsqueda de justicia. La organización pacifista Marabunta intentó detener los ataques, subrayando la importancia de mantener la protesta dentro de un marco pacífico.
La lucha por la verdad y la justicia en el caso de Ayotzinapa ha trascendido fronteras, convirtiéndose en un símbolo de la lucha contra la impunidad en México. La comunidad internacional ha estado atenta a los desarrollos del caso, y la presión sobre el gobierno mexicano para que actúe ha aumentado. Sin embargo, los familiares de los normalistas saben que su camino es largo y lleno de obstáculos.
En este contexto, la marcha de este año no solo fue un recordatorio de la tragedia que ocurrió hace 11 años, sino también una reafirmación del compromiso de las familias de no rendirse. La lucha por la verdad y la justicia continúa, y cada año que pasa, la voz de los padres y madres de los normalistas se hace más fuerte, resonando en cada rincón del país y más allá de sus fronteras. La desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa sigue siendo un tema candente en la agenda nacional, y su búsqueda de justicia es un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la verdad nunca debe cesar.