La reciente ausencia del gobernador de Nuevo León, Samuel García, durante la entrega de su cuarto informe de gobierno ha generado un torrente de reacciones y opiniones encontradas entre los legisladores locales. Este evento, que tradicionalmente se considera un momento clave para la rendición de cuentas, se ha visto empañado por la falta de presencia del mandatario, quien delegó esta responsabilidad en el secretario General de Gobierno, Miguel Flores. La situación ha suscitado críticas de diferentes sectores políticos, evidenciando las tensiones existentes en el panorama político de la entidad.
La diputada del PRI, Lorena de la Garza, fue una de las voces más críticas, señalando que la ausencia de García no fue una sorpresa. Según ella, el gobernador ha evadido esta obligación en años anteriores, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su compromiso con la Constitución y la transparencia gubernamental. De la Garza expresó su desconfianza en que el juicio político en contra de García prospere, argumentando que cuenta con el respaldo de las bancadas de Morena y Movimiento Ciudadano, lo que le otorga una protección política considerable. «Cuando una autoridad viola las disposiciones de la Constitución, se pueden imponer sanciones de carácter político, pero en este caso, no va a pasar porque Morena y MC lo protegen», afirmó.
La falta de respeto hacia el Congreso y los ciudadanos también fue un tema recurrente en las declaraciones de otros legisladores. Claudia Caballero, diputada del PAN, calificó la ausencia de García como una ofensa no solo hacia los legisladores, sino también hacia los ciudadanos que esperan respuestas sobre la gestión del gobierno. «Lo que recibimos ayer fue una falta de respeto, no ante nosotros, sino ante todos los ciudadanos que quieren saber qué se está haciendo en este Nuevo León», comentó Caballero, enfatizando la necesidad de que el gobernador asuma su responsabilidad ante el Poder Legislativo.
Por otro lado, la vicecoordinadora de Morena, Berenice Martínez, desestimó la posibilidad de que su bancada participe en el juicio político, considerándolo una «confrontación política». Martínez hizo un llamado a dejar de lado las diferencias partidistas y a enfocarse en el diálogo constructivo, sugiriendo que la política debe centrarse en el bienestar de los ciudadanos y no en venganzas personales.
En medio de esta controversia, el secretario General de Gobierno, Miguel Flores, intentó minimizar el impacto de la ausencia de García en la discusión del presupuesto para 2026. Aseguró que la entrega del informe no afectará la elaboración del presupuesto, aunque las críticas continúan en torno a la falta de comunicación y transparencia en la gestión gubernamental. Flores destacó que se busca modificar la manera en que se define la distribución del presupuesto, invitando a los organismos públicos a presentar sus necesidades ante el Congreso.
La situación en Nuevo León refleja un clima de desconfianza y tensión política que podría tener repercusiones en el futuro del gobierno de Samuel García. La falta de asistencia a eventos clave como la entrega del informe de gobierno no solo afecta la percepción pública del mandatario, sino que también puede influir en la dinámica legislativa y en la capacidad del gobierno para implementar sus políticas. La oposición ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados ante lo que consideran una falta de respeto hacia la institución del Congreso y hacia los ciudadanos que exigen rendición de cuentas.
A medida que se aproxima la discusión del presupuesto 2026, las tensiones entre las diferentes bancadas podrían intensificarse. La diputada Lorena de la Garza ha propuesto que todos los organismos públicos sean convocados al Congreso para exponer sus necesidades, lo que podría ser un paso hacia una mayor transparencia y colaboración entre el gobierno y el Legislativo. Sin embargo, la falta de confianza en la administración actual podría dificultar este proceso, ya que muchos legisladores se muestran escépticos sobre la disposición del gobernador para escuchar y actuar en función de las necesidades de la ciudadanía.
La controversia en torno a la ausencia de Samuel García en la entrega de su informe de gobierno es solo un reflejo de un problema más profundo en la política de Nuevo León. La falta de comunicación, la desconfianza y las tensiones entre los diferentes actores políticos son elementos que complican la gobernabilidad en la entidad. A medida que se desarrollan los acontecimientos, será crucial observar cómo se manejan estas dinámicas y qué impacto tendrán en el futuro político de Samuel García y su administración.