La creciente utilización de drones por parte de cárteles mexicanos ha encendido las alarmas en Estados Unidos, donde las autoridades advierten sobre la posibilidad de ataques inminentes. Según el Departamento de Seguridad Nacional, el uso de aeronaves no tripuladas por narcotraficantes ha aumentado significativamente, lo que plantea serias preocupaciones sobre la seguridad en la frontera. Este fenómeno no solo representa un desafío para las fuerzas del orden, sino que también refleja la evolución de las tácticas utilizadas por los grupos criminales en su lucha por el control territorial.
**El Uso de Drones por Cárteles Mexicanos**
Desde agosto de 2024, se ha observado un incremento en los ataques con drones cargados de explosivos por parte de facciones del Cártel de Sinaloa, que se encuentran en una guerra interna. Steven Willoughby, director de la Oficina de Gestión del Programa de Sistemas de Aviones No Tripulados Anti-Aeronaves, ha señalado que es solo cuestión de tiempo antes de que estos drones se utilicen para atacar a ciudadanos estadounidenses o agentes de la ley en la región fronteriza. La capacidad de estos drones para volar durante más de 45 minutos, alcanzar velocidades de hasta 160 kilómetros por hora y transportar hasta 45 kilos de explosivos los convierte en herramientas extremadamente peligrosas en manos equivocadas.
La situación se complica aún más por la falta de regulación en el uso de drones en México. En estados como Chiapas, los cárteles operan en un vacío legal, lo que les permite utilizar esta tecnología sin restricciones. Las autoridades han detectado un uso creciente de drones en lugares como Michoacán y Sinaloa, donde los narcotraficantes han comenzado a emplear estas aeronaves no solo para el transporte de drogas, sino también para la vigilancia y el control de la frontera. Willoughby ha enfatizado que los operadores de drones pueden llevar a cabo actos terroristas sin arriesgar su vida, lo que les brinda nuevas oportunidades para experimentar con tácticas delictivas.
**La Respuesta de las Autoridades**
Ante esta creciente amenaza, el Departamento de Seguridad Nacional ha solicitado la extensión de su autoridad para detectar e interceptar drones en el espacio aéreo estadounidense. La legislación actual está programada para expirar el 30 de septiembre de 2025, y las autoridades consideran que es crucial mantener y expandir estas capacidades para proteger la seguridad nacional. En los últimos seis meses de 2024, se han detectado más de 27,000 drones volando cerca de la frontera sur, muchos de ellos operando en horarios nocturnos, lo que sugiere que los narcotraficantes están adaptando sus tácticas para evadir la detección.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha informado que se han encontrado drones transportando metanfetamina, cocaína y fentanilo, lo que subraya la gravedad de la situación. La combinación de tecnología avanzada y la creatividad de los criminales ha llevado a un cambio en la dinámica del control del espacio aéreo, donde las fuerzas del orden deben adaptarse a un nuevo entorno de amenazas.
A pesar de las preocupaciones expresadas por las autoridades, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha intentado calmar los temores, afirmando que existe una colaboración entre su gobierno y el de Estados Unidos para garantizar la seguridad en ambos países. En su conferencia de prensa, Sheinbaum destacó que hay 10,000 elementos de la Guardia Nacional operando en la frontera, sugiriendo que no hay motivo para la preocupación, sino para la ocupación activa en la lucha contra el narcotráfico.
Sin embargo, la realidad en el terreno sugiere que la amenaza de los drones es un problema que no puede ser ignorado. La capacidad de los cárteles para adaptarse y utilizar tecnología avanzada para sus fines delictivos plantea un desafío significativo para las autoridades de ambos lados de la frontera. La evolución de las tácticas de los narcotraficantes, combinada con la falta de regulación y control sobre el uso de drones, crea un escenario complejo que requiere una respuesta coordinada y efectiva.
En este contexto, es fundamental que las autoridades continúen monitoreando y adaptándose a las nuevas amenazas que surgen en el ámbito del narcotráfico. La colaboración internacional y la implementación de regulaciones más estrictas sobre el uso de drones son pasos necesarios para mitigar los riesgos asociados con esta tecnología en manos de criminales. La lucha contra el narcotráfico se ha vuelto más compleja, y la capacidad de los cárteles para innovar y utilizar nuevas herramientas representa un desafío constante para la seguridad pública.