La reciente designación de Grecia Itzel Quiroz García como alcaldesa de Uruapan ha marcado un hito en la política local, especialmente tras el trágico asesinato de su esposo, Carlos Alberto Manzo Rodríguez. En su primera aparición pública, Quiroz no solo rindió homenaje a su esposo, sino que también lanzó un fuerte mensaje de resistencia y unidad a la comunidad uruapense. En un contexto de creciente violencia y criminalidad en Michoacán, su discurso resonó con un llamado a la acción y a la justicia, convirtiéndose en un símbolo de esperanza para muchos.
La alcaldesa, que asumió el cargo en medio de un clima de tensión y dolor, se presentó ante más de 70,000 ciudadanos que se unieron en una caravana pacífica para mostrar su apoyo. La manifestación, que recorrió siete kilómetros hasta la Plaza Morelos, fue un claro indicativo del deseo de la población de no dejarse vencer por el miedo. En un ambiente cargado de emociones, Quiroz tomó el micrófono con el sombrero de su esposo en mano, un símbolo de su legado y de la lucha que ahora ella lidera.
### La Lucha por la Justicia
Grecia Quiroz no dudó en expresar su indignación ante la situación de inseguridad que enfrenta Uruapan. En su discurso, enfatizó que su lucha no solo es por la memoria de Carlos Manzo, sino por todos aquellos que han sido víctimas de la violencia en la región. «Hoy, en este momento, aquí junto a mí está parado Carlos Manzo, y quiero decirles que esta lucha no quedará en vano», afirmó con determinación. Su mensaje fue claro: no se rendirá ante las amenazas del crimen organizado y buscará justicia para su esposo y para todos los ciudadanos que han sufrido a causa de la violencia.
La alcaldesa también hizo un llamado a la unidad entre los ciudadanos, instando a que en las elecciones de 2027 se emita un «voto de castigo» contra aquellos que han permitido que la violencia y la impunidad prevalezcan en Michoacán. «Quienes mandaron matar a Carlos Manzo no supieron que este sombrero tiene una fuerza imparable, incansable con la que en el año 2027 les vamos a dar un voto de castigo», declaró, generando un fuerte aplauso entre los asistentes.
La presencia de la abuelita de Carlos Manzo en el mitin fue un momento emotivo. Rachel, quien se desplazaba en silla de ruedas, recordó las advertencias que le hacía a su nieto sobre los peligros de su cargo. Su testimonio conmovió a los presentes y subrayó el costo personal que la violencia ha tenido en la vida de las familias de Uruapan.
### Un Futuro Esperanzador
A pesar del dolor y la pérdida, Grecia Quiroz se mostró optimista sobre el futuro de Uruapan. En su discurso, habló de la esperanza que representa su liderazgo y de la necesidad de construir un municipio más seguro y justo. «Hoy vengo a decirles que hay una esperanza para Uruapan, para Michoacán, para México; para todas aquellas personas que hemos perdido a ese ser querido», expresó, resonando con aquellos que han sido afectados por la violencia.
La alcaldesa también abordó la importancia de la seguridad en su gestión. Reconoció la necesidad de contar con un fuerte dispositivo de seguridad para proteger su vida y la de su familia, así como para garantizar la gobernabilidad en el municipio. «Esa es la única manera con la que puedo seguir adelante en esta responsabilidad al frente de la gobernabilidad de mi municipio», afirmó, dejando claro que su compromiso con la seguridad es una prioridad.
La reunión que tuvo con la presidenta Claudia Sheinbaum fue otro punto destacado en su discurso. Quiroz enfatizó que no fue un encuentro para «doblar las manos», sino para exigir justicia y atención a las necesidades de Uruapan. «Quiero que sepan que la reunión que tuve con la Presidenta de México no fue para ir a doblar las manos, fue para exigir justicia para Carlos Manzo», reiteró, mostrando su firmeza ante la situación.
La respuesta de la comunidad a su llamado ha sido abrumadora. Los gritos de apoyo y las ovaciones que recibió durante su discurso reflejan el deseo de los uruapenses de un cambio real y significativo. La alcaldesa, que se ha convertido en un símbolo de resistencia, ha logrado unir a la población en torno a un objetivo común: la búsqueda de justicia y un futuro mejor para Uruapan.
La historia de Grecia Quiroz es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la esperanza y la lucha por la justicia pueden prevalecer. Su liderazgo y determinación son un faro de luz en un contexto de violencia y miedo, y su mensaje resuena con aquellos que anhelan un cambio en su comunidad. La alcaldesa ha tomado la batuta en una lucha que va más allá de su propia tragedia personal; es una lucha por la dignidad y la seguridad de todos los ciudadanos de Uruapan.
