La cultura prehispánica de México es rica en mitología y tradiciones que han perdurado a lo largo de los siglos. Una de las experiencias más fascinantes que permite a los visitantes sumergirse en esta cosmovisión es «Un viaje al Mictlán», una atracción inmersiva que ofrece una visión única del inframundo según la tradición mexica. Esta experiencia, que ha sido reconocida internacionalmente, invita a los participantes a explorar el camino de los muertos a través de un recorrido que combina arte, tecnología y narración.
### Un Recorrido a Través del Inframundo Mexica
Al ingresar a «Un viaje al Mictlán», los visitantes son recibidos con la frase: «Cierra los ojos, has muerto, déjate guiar». Esta introducción establece el tono para una aventura que no solo es visual, sino también emocional y reflexiva. La experiencia se desarrolla a lo largo de nueve niveles, cada uno diseñado para sumergir al participante en diferentes aspectos de la muerte y el más allá según la cosmovisión prehispánica. Cada nivel dura aproximadamente ocho minutos, lo que permite una exploración profunda sin perder la atención del público.
Uno de los primeros desafíos es cruzar el río Itzcuitlán, un lugar simbólico que invita a la reflexión sobre las relaciones interpersonales. Este nivel está ambientado con música tradicional, como «La llorona», y utiliza luces y espejos para crear un efecto visual que simula un viaje entre estrellas. Esta combinación de elementos sensoriales ayuda a los visitantes a conectar emocionalmente con el tema de la muerte y la vida.
A medida que avanza el recorrido, los participantes se encuentran con una muralla de picos de obsidiana en Iztepetl, un lugar que representa la purificación. Aquí, los visitantes son guiados a desprenderse de su piel, simbolizando el renacimiento y la transformación. Este nivel es particularmente impactante, ya que utiliza tecnología de vanguardia para proyectar arte conceptual y tradicional en una pantalla gigante, amplificada por espejos que crean una experiencia visual envolvente.
### Interacción y Reflexión en el Inframundo
Uno de los aspectos más destacados de «Un viaje al Mictlán» es la interactividad que ofrece. En Teocoyohuehualoyan, los participantes deben entregar simbólicamente su corazón a un gigantesco jaguar, un ritual que refleja las creencias mexicas sobre la muerte y el sacrificio. Este tipo de interacción no solo hace que la experiencia sea más memorable, sino que también permite a los visitantes reflexionar sobre el significado de la vida y la muerte en la cultura mexicana.
A lo largo del recorrido, los visitantes se encuentran con seres mitológicos que habitan en el inframundo, lo que añade un elemento de sorpresa y misterio. En Pancuecuetlacáyan y Timiminaloayan, los participantes deben enfrentarse a flechas y otros desafíos, lo que simboliza las pruebas que las almas deben superar en su camino hacia el descanso eterno. Esta narrativa no solo es entretenida, sino que también educa a los visitantes sobre las creencias y tradiciones de las civilizaciones prehispánicas.
El viaje culmina en Izmictlan Apochcalolca, un lugar de aguas negras que representa el final del descenso de las almas. Aquí, los participantes deben navegar a través de un laberinto de cristales traslúcidos, cada uno adornado con iconografía temática que evoca la rica mitología mexicana. La experiencia finaliza ante Mictlantecuhtli y su esposa Mictecacíhuatl, los dioses del inframundo, quienes deciden el destino de las almas. Este encuentro final es un momento poderoso que invita a la reflexión sobre la vida, la muerte y lo que viene después.
«Un viaje al Mictlán» se encuentra disponible todos los días en el Sótano 2 de Plaza Metrópoli Patriotismo, y las entradas tienen un costo de $390 pesos, con descuentos para niños y adultos mayores. Esta experiencia no solo es una oportunidad para aprender sobre la cultura prehispánica, sino que también ofrece un espacio para la introspección y la conexión con nuestras propias creencias sobre la muerte y el más allá. La atracción ha sido aclamada por su diseño innovador y su capacidad para contar una historia profunda y significativa a través de la tecnología y el arte.
La experiencia es un recordatorio de que, en la cosmovisión prehispánica, la muerte no es el final, sino una parte esencial del ciclo de la vida. A través de «Un viaje al Mictlán», los visitantes pueden explorar esta idea de una manera única y envolvente, dejando una impresión duradera que va más allá de la simple diversión.