La iglesia La Luz del Mundo, conocida por su influencia y crecimiento en México y Estados Unidos, se enfrenta a serias acusaciones de tráfico sexual y crimen organizado. Naasón Joaquín García, su líder, junto con varios miembros de su familia y asociados, han sido señalados en una nueva acusación federal que revela un oscuro entramado de abuso y explotación que se ha prolongado por décadas.
### Acusaciones y Detalles del Caso
El gobierno de Estados Unidos ha presentado una segunda acusación federal contra Naasón Joaquín García, su madre Eva García de Joaquín, su sobrino Joram Núñez Joaquín, y otros dos operadoras de tráfico sexual, Rosa Sosa y Azalea Rangel Meléndez. La acusación detalla cómo estos individuos abusaron de su posición de poder dentro de la iglesia para amenazar y forzar a niñas, niños y mujeres a participar en actividades sexuales y en crímenes financieros. Este nuevo caso se suma a un anterior por abuso de menores que ya ha llevado a García a prisión.
Las investigaciones, llevadas a cabo por el Departamento de Seguridad Nacional y el Servicio de Impuestos Internos, han revelado que el esquema criminal operó durante décadas, afectando a generaciones de miembros de la iglesia. Se alega que los acusados destruyeron evidencia para obstruir las investigaciones y que utilizaron la fe como una herramienta de coerción, convenciendo a las víctimas de que los líderes de la iglesia eran elegidos por Dios y no podían pecar.
La acusación también menciona que la iglesia utilizaba los diezmos de sus fieles para financiar el estilo de vida lujoso de sus líderes, quienes disfrutaban de autos de lujo, ropa de diseñador y viajes en primera clase. Este uso indebido de los fondos de la iglesia ha sido un punto de controversia, ya que muchos fieles no estaban al tanto de las actividades ilegales que se llevaban a cabo en su nombre.
### La Estructura del Crimen Organizado
La organización criminal, descrita como la «Empresa Joaquín – LLDM», se dedicaba a la explotación de menores y mujeres. Según las acusaciones, los líderes de la iglesia lograron que estas víctimas viajaran a Estados Unidos para participar en actos sexuales. Además, se les involucró en trabajos forzados y en la producción de pornografía infantil. Este ciclo de abuso se remonta a las primeras generaciones de líderes de la iglesia, comenzando con Eusebio Joaquín González, el fundador de La Luz del Mundo, y continuando con su hijo Samuel Joaquín Flores, y finalmente con Naasón Joaquín García.
Las investigaciones han identificado al menos diez víctimas de abuso, tráfico sexual y trabajos forzados. Las acusaciones son graves y detallan cómo las mujeres y niñas eran manipuladas y amenazadas para ser abusadas. Rosa Sosa y Eva García de Joaquín, madre de Naasón, operaban como ‘groomers’, identificando a posibles víctimas y preparándolas para el abuso. La doctrina de la iglesia, que establece que los líderes son infalibles, se utilizó para silenciar a las víctimas y reforzar el control sobre los miembros.
La situación se agrava con la revelación de que algunos de los acusados, como Joram Núñez y Silem García, intentaron destruir evidencia y presionar a las víctimas para que negaran los abusos. Este comportamiento ha sido documentado en la acusación federal, que detalla cómo se llevaron a cabo estas acciones para proteger a Naasón Joaquín García y mantener el control sobre la iglesia.
El escándalo ha generado un gran revuelo no solo en México, sino también en Estados Unidos, donde la iglesia tiene una considerable base de seguidores. La comunidad de La Luz del Mundo se enfrenta a un momento crítico, ya que las acusaciones han puesto en tela de juicio la integridad de sus líderes y la seguridad de sus miembros.
### Implicaciones para la Iglesia y sus Líderes
Las implicaciones de estas acusaciones son profundas. Si se encuentran culpables, Naasón Joaquín García y sus coacusados podrían enfrentar largas penas de prisión, incluso cadena perpetua. La iglesia, que ha mantenido una imagen pública de crecimiento y prosperidad, se ve ahora envuelta en un escándalo que podría afectar su reputación y su capacidad para operar.
La Luz del Mundo, fundada en 1926, ha sido un pilar en la comunidad religiosa, pero este escándalo podría cambiar la percepción pública de la organización. La situación plantea preguntas sobre la responsabilidad de las instituciones religiosas en la protección de sus miembros y la necesidad de una mayor supervisión y transparencia.
A medida que avanza el caso, la atención se centrará en cómo la iglesia y sus líderes responderán a estas acusaciones. La comunidad de La Luz del Mundo se encuentra en una encrucijada, y el futuro de la organización podría depender de la forma en que manejen esta crisis y de la respuesta de sus seguidores ante las revelaciones de abuso y explotación que han salido a la luz.
