El Partido Acción Nacional (PAN) se encuentra en un proceso de relanzamiento de su imagen y discurso, enfrentando un panorama de aceptación dividido. Según un estudio reciente, solo dos de sus principales líderes, Maru Campos y Damián Zepeda, logran generar más aplausos que abucheos en el ámbito digital, con una aprobación del 60% frente a un 40% de menciones negativas. Este cambio en la percepción del partido es significativo, dado que durante años el PAN fue visto como un símbolo de derrota y fractura interna.
La historia del PAN, fundado en 1939, ha estado marcada por su papel como la “conciencia moral de la República” y su ascenso al poder entre 2000 y 2012. Sin embargo, tras el fracaso electoral de 2024, donde la candidata Xóchitl Gálvez obtuvo solo el 27% de los votos frente al 60% de Claudia Sheinbaum, el partido se vio obligado a replantear su estrategia. Los estrategas del PAN han reconocido que la desconfianza también afecta el sufragio digital, lo que ha llevado a una leve recuperación en la percepción del partido, que ha aumentado su aprobación del 50% en junio de 2024 al 60% en octubre de 2025.
Este cambio en la percepción no solo se refleja en las cifras, sino también en el tipo de discurso que el partido ha comenzado a adoptar. A pesar de que sus figuras aún se encuentran en debates polarizados, hay un creciente llamado entre sus simpatizantes para que el partido adopte una postura más autocrítica y centrada en propuestas concretas. En comparación con otros partidos, Movimiento Ciudadano se posiciona como la fuerza con mejor imagen digital, alcanzando un 65% de aprobación, mientras que Morena, el partido en el poder, ha visto una caída en su percepción, pasando del 60% al 50%. El PRI, por su parte, continúa en una tendencia a la baja, con solo un 30% de aprobación entre los internautas.
El análisis de las menciones en redes sociales revela un contraste notable entre los líderes del PAN. Felipe Calderón, Lilly Téllez y Vicente Fox encabezan la lista de los más rechazados, con un 80%, 75% y 70% de menciones negativas, respectivamente. Estos líderes, que fueron símbolos de una era de protagonismo mediático, parecen haber perdido su conexión con una audiencia más joven y exigente. En cambio, figuras como Maru Campos y Damián Zepeda son vistas como representantes de un panismo más moderno y menos dogmático, destacándose por su honestidad y preparación.
Los comentarios favorables hacia Campos y Zepeda resaltan su capacidad para proyectar equilibrio y serenidad en un entorno político caótico. Por ejemplo, un usuario de Chihuahua destacó que Campos representa una voz de calma, mientras que otro mencionó que Zepeda debería ser la cara de un PAN que escuche a la ciudadanía. En contraste, las menciones negativas hacia Calderón, Fox y Téllez se centran en temas de polarización y exceso de protagonismo personal, lo que ha llevado a muchos a sentir que el PAN se ha convertido en un “club de influencers enojados”.
El desafío que enfrenta el PAN es claro: debe migrar de un enfoque ideológico a uno más centrado en la escucha digital. La historia del partido se construyó a través de discursos morales y debates parlamentarios, pero en la actualidad, las narrativas se viralizan o se hunden en cuestión de horas, dependiendo de su tono y empatía. Un análisis de las conversaciones en plataformas como TikTok, YouTube, Facebook e Instagram indica que los contenidos más compartidos relacionados con el PAN en 2025 abordan temas locales, denuncias de corrupción y debates de género, en lugar de grandes discusiones ideológicas.
Maru Campos y Damián Zepeda han logrado conectar con segmentos urbanos y de clase media que buscan representación sin estridencias. A nivel de percepción general, el PAN se posiciona como la segunda fuerza más confiable en redes sociales, solo detrás de Movimiento Ciudadano, lo que representa una oportunidad para reconstruir su narrativa. El aumento de 10 puntos en aprobación, junto con una disminución de 10 en rechazo, sugiere que el partido ha logrado detener su caída reputacional y comienza a capitalizar un discurso de “reconstrucción” y “nuevo comienzo”.
La nueva estrategia que se presentará en breve apunta a incorporar nuevos voceros jóvenes, influencers locales y una estética más relajada y menos doctrinaria. Un consultor que participó en el diseño de esta campaña expresó que el objetivo del PAN es dejar de parecer un regaño y comenzar a parecer una conversación. A 86 años de su fundación, el futuro del PAN dependerá de su capacidad para convertir estos 10 puntos ganados en aprobación digital en un proyecto político que realmente emocione a sus bases y a la ciudadanía en general.