La producción y el uso de vehículos blindados por parte del crimen organizado en México han experimentado un notable incremento en los últimos años. Este fenómeno, que ha sido objeto de atención por parte de las autoridades y expertos en seguridad, refleja una evolución en las tácticas utilizadas por los cárteles para protegerse de las fuerzas del orden y rivalizar con otros grupos criminales. En este artículo, se explorará el contexto de este crecimiento, las características de los vehículos involucrados y las implicaciones para la seguridad pública.
### Incremento en la Incautación de Vehículos Blindados
Durante el primer semestre de 2025, las autoridades mexicanas aseguraron un total de 194 vehículos con blindaje artesanal, superando las 117 incautaciones registradas en todo el año 2023. Este aumento del 144% en la cantidad de vehículos confiscados en comparación con el año anterior es alarmante y pone de manifiesto la creciente capacidad operativa de los cárteles. Según datos de la Secretaría de la Defensa Nacional, de las 32 entidades del país, 19 han reportado incautaciones de estos vehículos, siendo Tamaulipas y Sinaloa las regiones más afectadas.
Tamaulipas, en particular, concentra el 51% de las incautaciones, con Reynosa liderando la lista de municipios. Sinaloa, por su parte, representa el 14% de los aseguramientos, con Culiacán como el principal punto de interés. Este patrón geográfico sugiere que los cárteles están adaptando sus estrategias operativas a las dinámicas locales, buscando maximizar su protección y efectividad en el terreno.
### Características de los Vehículos Blindados
Los vehículos utilizados por el crimen organizado han evolucionado significativamente desde sus primeras versiones, que contaban con un blindaje rudimentario. Originalmente, estos vehículos estaban equipados con placas de acero soldadas a las carrocerías, lo que ofrecía una protección limitada contra armas de fuego. Sin embargo, en la actualidad, los cárteles han perfeccionado sus técnicas de blindaje, utilizando materiales de alta resistencia que pueden resistir impactos de granadas y fusiles de alto calibre.
Los blindajes modernos incluyen capas de acero, polímeros, fibras sintéticas como el kevlar y vidrio balístico, diseñados para dispersar la fuerza de los impactos. Este tipo de blindaje no solo se aplica a la carrocería, sino que también se extiende a componentes críticos del vehículo, como el motor y las llantas, aumentando así su resistencia en situaciones de combate.
La producción de estos vehículos no es sencilla. Los materiales necesarios para su fabricación, especialmente el acero de alta resistencia, no se producen en México y deben ser importados de Europa y Estados Unidos. Esto ha llevado a los cárteles a establecer redes complejas para el contrabando de estos materiales, a menudo utilizando empresas fachada para sortear las regulaciones y controles existentes.
### Implicaciones para la Seguridad Pública
El aumento en la producción y uso de vehículos blindados por parte del crimen organizado plantea serios desafíos para las autoridades. Según expertos en seguridad, la capacidad de los cárteles para operar con vehículos tan bien protegidos les otorga una ventaja significativa en enfrentamientos con las fuerzas del orden. Esto no solo aumenta el riesgo para los agentes de seguridad, sino que también complica las operaciones de combate al narcotráfico y la delincuencia organizada.
Daniel C. Santander, un experto en estrategia y seguridad, señala que el número creciente de incautaciones es un indicativo de la escalada de la violencia y la sofisticación del crimen organizado. Los vehículos blindados permiten a los cárteles mantener el control de territorios estratégicos y proteger sus rutas de tráfico, lo que a su vez alimenta un ciclo de violencia y confrontación con otros grupos criminales y el Estado.
La respuesta de las autoridades debe ser integral y estratégica. Es fundamental que se implementen medidas para rastrear la cadena de producción y distribución de los materiales utilizados en el blindaje de vehículos. Además, se debe prestar atención a las redes sociales y otros canales donde se promocionan servicios de blindaje artesanal, lo que podría ayudar a desmantelar estas operaciones.
La situación actual exige un enfoque multidimensional que no solo contemple la incautación de vehículos, sino que también aborde las raíces del problema, incluyendo la regulación del tráfico de armas y materiales de blindaje. Solo a través de un esfuerzo coordinado y sostenido se podrá mitigar el poder de estas organizaciones criminales y restaurar la seguridad en las comunidades afectadas.