La situación en la Franja de Gaza se ha vuelto crítica en los últimos días, con informes alarmantes sobre la muerte de 21 niños debido a la desnutrición y el hambre. Esta tragedia se produce en medio de un contexto de bloqueo y ataques constantes que han dejado a la población en una situación desesperada. La escasez de ayuda humanitaria ha exacerbado la crisis, y los hospitales están desbordados con víctimas de la violencia y la falta de alimentos.
La declaración del director del hospital Al Shifa, Mohamed Abu Salmiya, resalta la gravedad de la situación. En una rueda de prensa, afirmó que las muertes de los menores ocurrieron en diferentes hospitales de Gaza en un lapso de 72 horas. La desesperación es palpable, ya que cada día llegan más personas a los centros médicos, muchas de ellas en condiciones críticas por la falta de alimentos. Abu Salmiya advirtió que la población se enfrenta a un número alarmante de muertes por hambre, lo que refleja la magnitud de la crisis humanitaria.
Desde el colapso de la tregua en enero, Israel ha impuesto un bloqueo severo a la Franja de Gaza, lo que ha impedido la entrada de ayuda humanitaria. Aunque se reanudó la asistencia a fines de mayo, la ayuda acumulada durante la tregua se ha agotado rápidamente. Más de dos millones de gazatíes se encuentran en una situación extrema, con un número creciente de personas sufriendo de desnutrición. Según el Ministerio de Sanidad, alrededor de 600,000 personas están afectadas, incluyendo a 60,000 mujeres embarazadas, lo que agrava aún más la crisis.
La escasez de alimentos ha llevado a situaciones desesperadas. Los residentes de Gaza se ven obligados a arriesgar sus vidas para obtener comida, y la UNRWA ha informado que más de mil personas han muerto mientras intentaban acceder a la ayuda alimentaria. La imagen de hombres y niños arrastrando sacos de harina entre edificios destruidos es un testimonio desgarrador de la lucha diaria por la supervivencia. La falta de fórmula para bebés es otra preocupación crítica, ya que muchos recién nacidos están en riesgo debido a la escasez de alimentos adecuados.
A pesar de la grave situación humanitaria, Israel justifica sus acciones diciendo que su objetivo es desmantelar a Hamás, el grupo que perpetró un ataque mortal el 7 de octubre, que resultó en la muerte de al menos 1,200 israelíes. Sin embargo, el costo humano de esta guerra ha sido devastador. Las autoridades sanitarias locales informan que casi 60,000 personas han perdido la vida en Gaza desde el inicio del conflicto, y los bombardeos continúan causando más muertes y destrucción.
La comunidad internacional ha comenzado a reaccionar ante la crisis. Recientemente, 25 países occidentales que han apoyado la guerra de Israel contra Hamás emitieron una declaración condenando la «matanza inhumana» de civiles en Gaza. Sin embargo, no se han tomado medidas concretas para abordar la situación. La Unión Europea se encuentra dividida en su respuesta, y algunos países, como Alemania, se han abstenido de firmar la declaración. En el Reino Unido, el ministro de Asuntos Exteriores ha indicado que se considerarán acciones futuras dependiendo de la evolución de la situación.
La ayuda humanitaria es esencial para aliviar el sufrimiento de la población de Gaza. Según estimaciones, se necesitan al menos 600 camiones de ayuda diarios para satisfacer las necesidades básicas de la población. Sin embargo, las estadísticas indican que solo un promedio de 146 camiones han estado ingresando a Gaza diariamente, lo que es insuficiente para cubrir las necesidades alimentarias y médicas de los gazatíes.
La crisis en Gaza es un recordatorio desgarrador de las consecuencias de los conflictos armados en la vida de los civiles. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para abordar esta crisis humanitaria y garantizar que la ayuda llegue a quienes más la necesitan. La vida de miles de personas, incluidos niños, depende de la acción inmediata y efectiva para aliviar el sufrimiento en la Franja de Gaza.
