La violencia infantil en regiones afectadas por conflictos armados ha alcanzado niveles alarmantes, según un reciente informe de la ONU. Este documento, que se publica anualmente, detalla las violaciones a los derechos de los menores de 18 años y presenta una «lista de la vergüenza» que incluye a los responsables de tales abusos. En el año 2024, la situación ha empeorado drásticamente, con un aumento del 25% en el número de violaciones graves en comparación con el año anterior. Este incremento es particularmente preocupante, ya que representa la cifra más alta registrada en casi tres décadas de monitoreo.
**El Impacto Devastador de la Violencia en los Niños**
El informe revela que se han verificado 41,370 violaciones graves contra niños en 2024, de las cuales 36,221 ocurrieron ese mismo año. Más de 4,500 niños han sido asesinados y más de 7,000 han resultado heridos en conflictos armados. La ONU ha destacado que los niños son los que más sufren en estas hostilidades, siendo obligados a aprender a sobrevivir en lugar de disfrutar de su infancia. Virginia Gamba, representante especial de la ONU, ha expresado su preocupación, afirmando que los gritos de los niños que enfrentan esta violencia deberían ser una llamada de atención para la comunidad internacional.
La situación es particularmente grave en los territorios palestinos, donde se han registrado más de 8,500 violaciones graves. La mayoría de estos abusos son atribuidos a las fuerzas armadas israelíes, con un número significativo de niños palestinos muertos y heridos en Gaza. La ONU ha confirmado que, hasta la fecha, 1,259 niños han perdido la vida en este territorio, y se están verificando informes de otros 4,470 niños muertos en 2024. Esta escalofriante realidad pone de manifiesto la urgencia de abordar la violencia infantil en contextos de conflicto.
**Los Principales Responsables de la Violencia Infantil**
El informe de la ONU no solo se centra en los territorios palestinos, sino que también destaca otras regiones donde la violencia contra los niños ha aumentado dramáticamente. La República Democrática del Congo, Somalia, Nigeria y Haití son algunos de los países que han registrado cifras alarmantes de violaciones a los derechos de los menores. En Haití, por ejemplo, las violaciones han aumentado un 490% en un solo año, con pandillas como «Viv Ansanm» siendo responsables de reclutamientos forzados y asesinatos de niños.
Además, el informe menciona a grupos como el Clan del Golfo en Colombia, que ha sido acusado de reclutar niños para actividades delictivas. En 2024, Colombia ha visto un aumento significativo en el reclutamiento forzado, con 450 casos reportados en comparación con 262 en el año anterior. Este fenómeno no solo afecta la seguridad de los menores, sino que también compromete su futuro y desarrollo.
La ONU también ha señalado la participación de fuerzas armadas de diferentes países en la violencia infantil. El ejército ruso, por sus acciones en Ucrania, ha sido mencionado en el informe, que documenta un aumento del 105% en las violaciones graves entre 2023 y 2024. Asimismo, el ejército sudanés y los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido han sido incluidos en la lista de responsables de abusos contra niños en Sudán, donde el conflicto ha persistido durante más de dos años.
La situación es crítica y requiere una respuesta inmediata de la comunidad internacional. La ONU ha instado a los gobiernos y organizaciones a tomar medidas efectivas para proteger a los niños en zonas de conflicto y garantizar que se respeten sus derechos. La violencia infantil no solo es una violación de los derechos humanos, sino que también tiene un impacto duradero en el desarrollo de las sociedades afectadas.
Es fundamental que se implementen políticas y programas que aborden las causas subyacentes de la violencia en estas regiones y que se brinde apoyo a las comunidades afectadas. La educación, la atención médica y el acceso a servicios básicos son esenciales para ayudar a los niños a recuperarse de las experiencias traumáticas que han vivido. La comunidad internacional debe unirse para poner fin a esta crisis y garantizar un futuro seguro y saludable para todos los niños, independientemente de su ubicación geográfica.