En un ambiente de intensa confrontación y debate, la Cámara de Diputados de México aprobó recientemente reformas a la Ley del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), que implican un aumento significativo en los impuestos a refrescos, cigarros, videojuegos y juegos de apuestas. Esta decisión, impulsada principalmente por los partidos Morena, PVEM y PT, ha generado reacciones encontradas entre los legisladores y la población, marcando un nuevo capítulo en la política fiscal del país.
**Detalles de la Reforma al IEPS**
La reforma aprobada establece un aumento del impuesto especial a las bebidas azucaradas, que pasará de 1.64 a 3.08 pesos por litro. Sin embargo, se contempla una reserva que permitirá reducir este impuesto a 1.50 pesos por litro para las bebidas sin azúcar, como parte de un acuerdo entre el gobierno federal y la industria refresquera. Este cambio busca incentivar la reducción del contenido calórico en los productos y promover el consumo de opciones más saludables.
Además, el impuesto sobre cigarros y tabacos labrados se incrementará de 160 a 200 por ciento, con una cuota gradual que se aplicará en los próximos años. Por otro lado, los videojuegos que contengan contenido violento o para adultos verán un aumento del IEPS al 8%, mientras que los juegos de apuestas experimentarán un incremento del 30% al 50% en su impuesto.
**Reacciones en el Pleno**
El debate en la Cámara de Diputados fue acalorado, con legisladores de diferentes partidos expresando sus opiniones sobre la reforma. Durante la discusión, el diputado del PRI, Carlos Gutiérrez Mancilla, criticó la medida, recordando un compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador de no aumentar impuestos. Su intervención fue interrumpida por gritos de apoyo a Obrador por parte de los legisladores de Morena, lo que generó un ambiente tenso en el recinto.
Por su parte, la diputada Lilia Aguilar del PT acusó a los partidos de oposición de defender los intereses de las industrias del alcohol, tabaco y refrescos, mientras que la morenista Dolores Padierna defendió la reforma como un paso necesario para revertir los daños causados por políticas neoliberales. La diputada concluyó su intervención con un llamado a la transformación del país, lo que provocó más gritos de apoyo y rechazo en el pleno.
Los opositores a la reforma, como el diputado Paulo Gonzalo Martínez del PAN, argumentaron que el aumento del IEPS a los refrescos es una medida regresiva y recaudatoria, que no destinará recursos a la atención de problemas de salud como la diabetes o la hipertensión. Martínez enfatizó que el gobierno no tiene un plan claro para utilizar los ingresos generados por estos impuestos en beneficio de la salud pública.
Desde el PRI, el legislador Arturo Yáñez también criticó la falta de transparencia en el uso de los recursos recaudados, sugiriendo que el gobierno busca llenar un vacío fiscal sin un plan claro para mejorar la salud de la población. En contraste, la diputada Paola Tenorio Adame de Morena defendió la necesidad de gravar productos nocivos para la salud, argumentando que la oposición actúa por intereses partidistas y económicos.
**Implicaciones para la Población**
El aumento de impuestos a productos como refrescos, cigarros y videojuegos tiene implicaciones directas en el bolsillo de los ciudadanos. Se estima que el gobierno espera recaudar más de 270 mil millones de pesos el próximo año a través de estas reformas. Sin embargo, la falta de claridad sobre cómo se utilizarán estos fondos ha generado desconfianza entre la población.
Los críticos de la reforma sostienen que, aunque el gobierno presenta estos impuestos como una medida para mejorar la salud pública, en realidad se trata de una estrategia para aumentar la recaudación fiscal sin un compromiso real con la atención de problemas de salud. La preocupación por el uso de estos recursos se ha convertido en un tema central en el debate, con muchos ciudadanos cuestionando si realmente se destinarán a mejorar la infraestructura de salud o si simplemente se sumarán a un presupuesto general que carece de transparencia.
A medida que la reforma avanza hacia el Senado para su discusión, la controversia en torno a los “impuestos saludables” continúa generando un intenso debate en la sociedad mexicana. La polarización entre los partidos políticos y la población refleja la complejidad de abordar temas de salud pública y fiscalidad en un país donde las desigualdades sociales y económicas son evidentes. La forma en que se implementen y gestionen estos nuevos impuestos podría tener un impacto duradero en la salud y el bienestar de los ciudadanos, así como en la percepción pública del gobierno y su capacidad para gestionar los recursos de manera efectiva.