La Ciudad de México se enfrenta a un desafío significativo en la gestión del comercio informal, especialmente en los Centros de Transferencia Modal (Cetram). La jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha anunciado un plan para reordenar y modernizar estos espacios, donde miles de vendedores ambulantes ofrecen sus productos diariamente. Este esfuerzo no solo busca mejorar la organización de los Cetram, sino también garantizar un entorno más seguro y accesible para los usuarios del transporte público.
### La Realidad del Comercio Informal en los Cetram
Los Cetram son puntos neurálgicos en la movilidad de la capital, facilitando la conexión entre diferentes medios de transporte. Sin embargo, la presencia de vendedores ambulantes ha crecido de manera descontrolada, generando problemas de orden y seguridad. Según datos recientes, alrededor de 4,458 vendedores informales operan en 24 paraderos de la ciudad, lo que ha llevado a las autoridades a tomar medidas urgentes.
Los paraderos más afectados por el comercio informal incluyen Indios Verdes, que alberga a 1,250 vendedores, seguido de Pantitlán con 738 y La Raza con 535. Estos números reflejan la magnitud del problema y la necesidad de una intervención estructural. La intervención en estos espacios no solo busca reordenar el comercio, sino también modernizar las instalaciones para mejorar la experiencia de los usuarios del transporte público.
La jefa de Gobierno ha enfatizado que el reordenamiento es una tarea en curso y que se están realizando esfuerzos para llevar a cabo esta modernización. Esto implica no solo la reubicación de los vendedores ambulantes, sino también la creación de espacios adecuados donde puedan operar de manera legal y ordenada. La idea es que los Cetram se conviertan en lugares más funcionales y seguros, tanto para los comerciantes como para los usuarios.
### Estrategias para la Modernización de los Cetram
El plan de reordenamiento del comercio informal en los Cetram incluye varias estrategias clave. Primero, se llevará a cabo un diagnóstico exhaustivo de cada paradero para identificar las necesidades específicas de cada uno. Esto permitirá a las autoridades diseñar un plan de acción adaptado a las características de cada Cetram, considerando factores como el flujo de pasajeros, la infraestructura existente y la cantidad de vendedores ambulantes.
Además, se contempla la creación de espacios designados para el comercio formal, donde los vendedores puedan ofrecer sus productos de manera legal. Esto no solo beneficiará a los comerciantes, sino que también mejorará la experiencia de los usuarios, quienes podrán disfrutar de un entorno más limpio y organizado. La modernización de los Cetram también incluirá mejoras en la infraestructura, como la instalación de techados, iluminación adecuada y áreas de descanso para los pasajeros.
Otro aspecto importante del plan es la colaboración con los propios vendedores ambulantes. Las autoridades buscan involucrar a los comerciantes en el proceso de reordenamiento, escuchando sus necesidades y preocupaciones. Esto es fundamental para garantizar que las soluciones implementadas sean efectivas y sostenibles a largo plazo. La participación activa de los vendedores en el diseño de los nuevos espacios puede contribuir a una mejor aceptación de las medidas y a una transición más fluida hacia el comercio formal.
La modernización de los Cetram también se alinea con los esfuerzos más amplios de la Ciudad de México para mejorar la movilidad y la calidad de vida de sus habitantes. Al reducir el caos y la desorganización en estos puntos de transferencia, se espera que se fomente un uso más eficiente del transporte público, lo que a su vez puede contribuir a la reducción de la contaminación y el tráfico en la ciudad.
En resumen, el reordenamiento del comercio informal en los Cetram de la Ciudad de México representa un paso importante hacia la modernización y mejora de la infraestructura de transporte. Con un enfoque en la colaboración y la planificación estratégica, las autoridades buscan transformar estos espacios en lugares más seguros y accesibles, beneficiando tanto a los vendedores como a los usuarios del transporte público. La implementación exitosa de este plan podría ser un modelo a seguir para otras ciudades que enfrentan desafíos similares en la gestión del comercio informal.