La Fiscalía de la Ciudad de México ha dado un paso significativo en la lucha contra el crimen y la búsqueda de personas desaparecidas con la incorporación de dos perros altamente entrenados: Boss y Thor. Estos canes, un pastor alemán y un labrador, respectivamente, se han sumado a la Unidad Canina de la Fiscalía, donde desempeñarán un papel crucial en la detección de narcóticos, explosivos y restos humanos. La decisión de incluir a estos animales en las operaciones de la fiscalía no solo refleja un avance en las técnicas de investigación, sino también un compromiso con la seguridad y el bienestar de la comunidad.
La Unidad Canina fue establecida el 31 de agosto de 2022 y, hasta la fecha, cuenta con un total de seis binomios caninos. Estos equipos han demostrado su eficacia en diversas situaciones de emergencia, incluyendo la reciente búsqueda de una niña arrastrada por la corriente durante el huracán Otis en Guerrero. La capacidad de los perros para localizar personas y objetos en situaciones adversas es invaluable, y su entrenamiento especializado les permite actuar con precisión y rapidez.
Boss, el pastor alemán, ha sido entrenado para detectar no solo sustancias ilícitas como marihuana, cocaína y metanfetaminas, sino también para identificar restos humanos. Su compañero, Thor, el labrador, se ha especializado en la búsqueda de narcóticos. Ambos canes tienen un temperamento amigable, lo que les permite interactuar de manera efectiva con la ciudadanía, generando confianza y una imagen de servicio en lugar de intimidación. Esta característica es especialmente importante, ya que los perros no solo ayudan en la detección de delitos, sino que también pueden ser un puente entre la comunidad y las autoridades.
El entrenamiento de Boss y Thor ha sido riguroso y adaptado a las necesidades específicas de la Fiscalía. Juan Carlos Cerón Gallegos, agente de la Policía de Investigación y compañero de Boss, explicó que el pastor alemán fue inicialmente adiestrado para detectar papel moneda y drogas, pero su entrenamiento se amplió para incluir la búsqueda de restos humanos debido a la creciente necesidad de este tipo de intervenciones. Esta versatilidad es una de las razones por las que la Fiscalía CDMX se ha convertido en la única institución en el país con canes adiestrados para cumplir con funciones dobles.
La importancia de estos perros en las operaciones de la fiscalía no puede subestimarse. Gracias a su agudo sentido del olfato, Boss y Thor son capaces de señalar a los agentes el lugar exacto donde se encuentran drogas, explosivos o restos óseos. Utilizan señales como ladridos, aullidos o posturas específicas, como sentarse, para comunicar sus hallazgos. Esta capacidad de comunicación es esencial en situaciones donde el tiempo es un factor crítico, como en la búsqueda de personas desaparecidas o en la respuesta a desastres naturales.
Además de su entrenamiento, la interacción de estos perros con la comunidad es un aspecto fundamental de su labor. Víctor Manuel García Moreno, agente a cargo de Thor, destacó que el labrador es muy sociable y apto para interactuar con infantes, adultos mayores y personas con discapacidad. Esta habilidad no solo ayuda a desmitificar la imagen de los perros de trabajo, sino que también fomenta un ambiente de colaboración entre la ciudadanía y las autoridades. La confianza que los canes generan en la población es un activo valioso en la lucha contra el crimen, ya que puede motivar a las personas a colaborar con las investigaciones y reportar actividades sospechosas.
La incorporación de Boss y Thor a la Unidad Canina de la Fiscalía CDMX representa un avance significativo en la estrategia de seguridad pública de la ciudad. Estos perros no solo son herramientas de detección, sino que también simbolizan un enfoque más humano y accesible en la aplicación de la ley. La fiscalía ha demostrado que la innovación en las técnicas de investigación puede ir de la mano con el bienestar comunitario, y la inclusión de estos canes es un claro ejemplo de ello.
A medida que la Fiscalía CDMX continúa desarrollando su Unidad Canina, se espera que Boss y Thor no solo contribuyan a la resolución de casos, sino que también se conviertan en embajadores de la seguridad y la confianza en la comunidad. Su presencia en las calles de la ciudad no solo es un recordatorio de la lucha contra el crimen, sino también un símbolo de esperanza para aquellos que buscan justicia y seguridad en su entorno. La labor de estos canes es un testimonio del compromiso de las autoridades para utilizar todos los recursos disponibles en la búsqueda de un entorno más seguro para todos los ciudadanos.