La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su desacuerdo con los recientes ataques de las fuerzas armadas de Estados Unidos contra embarcaciones en el Océano Pacífico, que supuestamente transportaban drogas. Durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional, Sheinbaum subrayó la importancia de las leyes internacionales que regulan la actuación en aguas internacionales, enfatizando que su gobierno prioriza la defensa de los mexicanos que residen en Estados Unidos.
La mandataria destacó que su administración ha trabajado en un marco de respeto a la soberanía nacional, buscando siempre un diálogo constructivo con el gobierno estadounidense. «No estamos de acuerdo con estas acciones. Hay leyes internacionales sobre cómo deben manejarse los presuntos actos ilegales en aguas internacionales», afirmó Sheinbaum, quien también recordó que ha manifestado esta postura tanto al gobierno de EE. UU. como públicamente.
### La Defensa de la Soberanía Nacional
Sheinbaum enfatizó que cada líder tiene su propio enfoque para abordar los debates internacionales. En su caso, ha optado por defender los derechos de los mexicanos en el extranjero y mantener un diálogo abierto con Estados Unidos. «Hemos elegido defender nuestros principios, nuestra soberanía, y hemos trabajado sin renunciar a ellos», declaró.
La presidenta también hizo referencia a la modificación del artículo 40 de la Constitución, que refuerza el sentido de soberanía frente a cualquier intervención extranjera. Este cambio legislativo es parte de su estrategia para asegurar que México mantenga su autodeterminación en el contexto de relaciones internacionales complejas.
«Cada presidente tiene su estilo, y nosotros hemos establecido un mecanismo que prioriza el diálogo y el respeto mutuo», agregó. Esta postura es especialmente relevante en un momento en que las relaciones entre México y Estados Unidos son objeto de escrutinio, especialmente en temas relacionados con la seguridad y el narcotráfico.
### Contexto de los Ataques en el Océano Pacífico
Los ataques de las fuerzas armadas estadounidenses han generado un debate sobre la legalidad y la ética de tales acciones en aguas internacionales. La intervención militar de EE. UU. en estas circunstancias ha sido criticada por varios sectores, que argumentan que tales acciones pueden ser vistas como una violación de la soberanía de otros países.
Sheinbaum ha sido clara en su postura: cualquier acción que involucre a fuerzas extranjeras en el territorio o aguas de México debe ser regulada por leyes internacionales. La presidenta ha instado a que se respeten los procedimientos adecuados para abordar el tráfico de drogas y otros delitos en el mar, en lugar de recurrir a la fuerza militar sin el debido proceso.
Además, la mandataria ha señalado que su gobierno está comprometido con la investigación de actividades ilegales, incluyendo el huachicol fiscal, y ha afirmado que este delito ha disminuido de manera significativa bajo su administración. Esto sugiere un enfoque más integral hacia la lucha contra el crimen organizado, que no solo se basa en la represión, sino también en la prevención y la regulación.
La postura de Sheinbaum se enmarca en un contexto más amplio de tensiones entre México y Estados Unidos, donde temas como la migración, el narcotráfico y la seguridad fronteriza son de constante discusión. La presidenta ha reiterado que su gobierno busca establecer un equilibrio entre la cooperación con EE. UU. y la defensa de la soberanía nacional, lo que puede ser un desafío en un entorno político cada vez más polarizado.
En este sentido, la defensa de la soberanía mexicana no solo se limita a las acciones militares, sino que también abarca aspectos económicos y sociales. La administración de Sheinbaum ha trabajado en políticas que buscan mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, tanto en el país como en el extranjero, lo que podría contribuir a una reducción en la migración y el tráfico de drogas.
La respuesta de Sheinbaum a los ataques de EE. UU. refleja una postura firme en defensa de los intereses nacionales y un llamado a la comunidad internacional para que se respeten las leyes y normas que rigen las relaciones entre países. En un mundo donde las dinámicas de poder están en constante cambio, la presidenta busca posicionar a México como un actor soberano y respetado en el ámbito internacional.
