La pena de muerte sigue siendo un tema controvertido en Estados Unidos, donde la ejecución de condenados a muerte ha aumentado en los últimos años. En un reciente caso, dos hombres fueron ejecutados en Texas y Alabama, lo que eleva a 33 el número de ejecuciones en el país en lo que va de 2025. Este artículo examina los detalles de estos casos y el contexto más amplio de la pena capital en Estados Unidos.
**Detalles de las Ejecuciones Recientes**
El 25 de septiembre de 2025, Geoffrey West fue ejecutado en Texas mediante inyección letal, mientras que Blaine Milam fue ejecutado en Alabama utilizando un método controvertido conocido como hipoxia por nitrógeno. West, de 50 años, fue condenado por el asesinato de Margaret Berry en 1997, un crimen que conmocionó a la comunidad de Attalla. A pesar de las súplicas de la familia de la víctima para detener la ejecución, las autoridades procedieron con la pena capital. En sus últimas palabras, West expresó su arrepentimiento y agradeció el perdón que recibió de la familia de la víctima.
Por otro lado, Blaine Milam, de 35 años, fue ejecutado por el brutal asesinato de su novia y su hija de 13 meses, Amora Carson, durante un ritual que él describió como un «exorcismo». Los detalles del crimen son escalofriantes, con informes que indican que la niña sufrió múltiples abusos antes de su muerte. A pesar de las apelaciones de sus abogados, quienes argumentaron que Milam tenía discapacidad intelectual, los tribunales rechazaron sus solicitudes de clemencia. En sus últimas palabras, Milam agradeció a quienes lo apoyaron y pidió ser llevado a casa por Jesús.
**El Contexto de la Pena de Muerte en Estados Unidos**
La pena de muerte ha sido abolida en 23 de los 50 estados de Estados Unidos, mientras que otros tres estados (California, Oregón y Pensilvania) tienen moratorias vigentes. Esto refleja un cambio en la percepción pública y política sobre la pena capital, que ha sido objeto de intensos debates en las últimas décadas. A pesar de la disminución en el número de ejecuciones en algunos estados, otros, como Florida, han intensificado su uso, llevando a cabo 12 ejecuciones en lo que va del año.
El método de hipoxia por nitrógeno, utilizado en el caso de Milam, ha sido criticado por expertos de las Naciones Unidas, quienes lo consideran cruel e inhumano. Este método implica bombear gas nitrógeno a través de una máscara facial, lo que provoca la asfixia del condenado. La controversia en torno a este método ha llevado a un mayor escrutinio sobre las prácticas de ejecución en el país.
La administración del expresidente Donald Trump fue un período de resurgimiento para la pena de muerte, con un enfoque en su aplicación para delitos considerados «viles». En su primer día en el cargo, Trump solicitó la expansión de la pena capital y, recientemente, firmó un memorando que ordena a los fiscales federales solicitar la pena de muerte en Washington D.C. para ciertos casos de asesinato. Esta decisión ha generado un debate renovado sobre la eficacia y la moralidad de la pena de muerte en el contexto actual.
La pena de muerte en Estados Unidos no solo plantea cuestiones legales, sino también éticas y morales. Los defensores de la abolición argumentan que la pena capital es inherentemente injusta y que su aplicación a menudo está influenciada por factores raciales y socioeconómicos. Además, existe el riesgo de ejecutar a personas inocentes, un hecho que ha llevado a la exoneración de varios condenados en los últimos años.
Por otro lado, los defensores de la pena de muerte argumentan que es una herramienta necesaria para la justicia, especialmente en casos de crímenes atroces. La idea de que la pena capital actúa como un disuasivo para el crimen violento es un argumento común entre quienes apoyan su uso. Sin embargo, estudios han demostrado que no hay evidencia concluyente que respalde esta afirmación.
A medida que el debate sobre la pena de muerte continúa, es evidente que la situación en Estados Unidos es compleja y multifacética. Las ejecuciones recientes de Geoffrey West y Blaine Milam son solo dos ejemplos de un sistema que sigue siendo objeto de controversia y discusión. La evolución de la pena capital en el país dependerá de la opinión pública, las decisiones políticas y el marco legal en el que se encuentre cada estado. La lucha entre la justicia y la moralidad seguirá siendo un tema candente en el futuro cercano.